El edificio está implantado en el terreno produciendo una continuidad volumétrica en el tejido urbano generada tanto por el basamento como por la piel de chapa perforada que envuelve al prisma. Esto permite recomponer la manzana a nivel peatonal, al borde de la línea municipal.
La propuesta vacía la planta baja de acceso a través de un espacio semicubierto, para provocar una continuidad entre el espacio público y el hall de acceso. Esta decisión permite además atravesar la planta hasta el patio de escultura ubicado en el pulmón de manzana.
El retiro lateral se produce en coincidencia con la terraza del edificio existente de la Caja de Previsión Social para Profesionales de la Ciencias Farmacéuticas, vinculándose con la expansión del bar del proyecto.
El núcleo de circulaciones y servicios se organiza sobre la medianera sur, liberando el resto de la planta. El edificio se toma de ambas medianeras hasta el 8vo piso con plantas libres de oficinas y se expone los pisos restantes a la mejor orientación proponiendo una volumetría abierta por sobre los edificios linderos.
El edificio está resuelto de manera tal que tanto la estructura de hormigón armado como la de hierro conforman la expresión lingüística del edificio. El uso de materiales nobles permite tanto una buena construcción respecto de la mano de obra como el mantenimiento posterior del edificio. La estructura del auditorio está proyectada de tabiques y entramado de vigas de hormigón armado, realizados con encofrado fenólico. Los tabiques que llegan a la planta baja están dentro de los muros medianeros y permiten que se libere el espacio de hall y exposiciones. El resto del edificio está proyectado también de estructura de hormigón armado tanto en columnas como en vigas. El borde perimetral está resuelto con un sistema construido en seco, de chapa perforada pintada, con estructura metálica.